El proyecto, que será devuelto a la Cámara de Diputados para que examine algunos cambios, se aprobó con 58 votos a favor y 8 en contra con el respaldo de casi todo el oficialismo, unido a sectores de la oposición agrupados en la llamada "bancada rural", un grupo suprapartidista que representa a los grandes empresarios del campo.
Los senadores ignoraron así las protestas de ecologistas que, por medio mundo, han denunciado el impacto que, en su opinión, tendrá la reforma del Código Forestal, que data de 1965 y establece normativas para la actividad agropecuaria y el uso general de los suelos.
El proyecto, presentado por el propio Gobierno y respaldado por la poderosa industria agropecuaria, plantea entre otros puntos que las áreas de selva protegidas en propiedades privadas en la región amazónica, equivalentes al 80%, se reduzcan a un 50%.
También establece que las zonas protegidas a la vera de los ríos, que hoy suponen una franja de 30 metros a cada lado, pasen a ser de 15 metros. En contrapartida, establece la obligación de recuperar las áreas que sean degradadas en el futuro e incentivos económicos para los agricultores que adopten prácticas sustentables.
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